Y temo, porque no quiero ser otra muñeca en tu baúl de los juguetes
olvidados.
¿Cómo se yo que mañana no te comprarás la última muñeca que
salió al mercado? ¿Quién me garantiza a mí que después de eso seguirás conmigo
jugando?
Vivo para ti, por los latidos de tu corazón yo vivo, por
esos besos que me das en las noches oscuras y esos extraños amaneceres. Vivo,
como un juguete esperando que su dueño juegue con él, vivo simplemente por esos
pequeños momentos de felicidad que paso contigo, vivo, y por eso muero, en
silencio.
Muero, porque no sé si mañana seguirás ahí, muero, porque sé
que este puede ser nuestro último encuentro, miro con mis ojos de cristal tu
belleza y lloro, pues quizás yo no sea más que tu marioneta pero pienso, en que
quizás sea el juguete definitivo, ese juguete que por muy sucio y viejo que se
vuelva, nunca quieres tirarlo y lo tienes siempre a tu lado, por el cálido
cariño que en ti ha engendrado.
Déjame ser tu muñeca definitiva, y no me encierres en el
baúl de los juguetes olvidados.