sábado, 27 de julio de 2013

12 meses y miles de sonrisas



Érase una vez un niño y una niña, que vivían muy lejos el uno del otro, pero por casualidades del destino, coincidieron ambos en el mismo lugar al mismo tiempo. 
Ese día, la niña, empezó su verdadero sueño, pues ella, encontró a su príncipe, no era un príncipe azul, pero era el suyo, uno hecho a su medida.
Un precioso 27 de julio de 2012, ellos empezaron su historia de amor. Una historia de amor sin fin, que los juglares hablarían durante muchos años de ella.
¿Queréis que os cuente un secreto? Vale, os lo contaré. Esa niña, soy yo, la humilde escritora de este blog, y ese niño, es él, mi precioso Gabriel.
Eres lo que más quiero, tú me has regalado los mejores momentos de mi vida. Tú me rescataste cuando todo estaba oscuro, cuando no veía el final del túnel, pero tú apareciste con una linterna, y me llevaste a la salida.
Hoy, gracias a ti, mi pequeño, sonrío, porque eres lo mejor de este mundo, y sin duda, puedo decir, que he encontrado a la persona con la que quiero compartir todas mis alegrías y las mínimas tristezas. Te quiero, siempre te he querido, te quise incluso antes de que tú tuvieses constancia de ello. Eres lo que siempre me levantará, y lo que siempre me mantendrá con vida. Eres mi luz, eres todo. 

Te amo, Gabriel. Me has regalado el mejor año de mi vida. 


martes, 23 de julio de 2013

El destino, suele ser cruel

Dedicado a mi pequeño, mi Kulivszk.

Érase una vez una comadreja, que iba andando por parajes fríos y oscuros. Ocurriósele que en esos parajes, podría haber malhechores, y por eso, llevaba consigo una daga, para defenderse. 
Era tal el miedo de la comadreja, que cuando apareció un señor con un bigote de broma, que casualmente se llamaba Kulivszk, le clavó la daga en el corazón. Pero al darse de cuenta de su error, empezó a llorar, y poco a poco las heridas que había provocado en el chico se habían curado.
Entonces, la comadreja le preguntó:

- ¿Cómo es que te has curado?

- Eres una comadreja y probablemente no lo entiendas. Pero una doncella, Ichiinou, me está esperando al otro lado del país, y no puedo defraudarla, andaré todo lo que haga falta, pero llegaré junto a ella, para poder abrazarla.
En ese momento, la comadreja se dio de cuenta, de que el chico estaba perdidamente enamorado de la doncella. Y vio, como en su daga, ya no había rastro de sangre.
Cuando se dio de cuenta, tampoco había rastro del chico.

Entonces, la comadreja siguió andando. Y vio a un anciano. Este le dijo:
- No deberías deambular por aquí, incauta comadreja. 
- ¿Por qué dice eso?

- Porque se dice, que por este bosque están perdidos, los dos enamorados malditos. 
- ¿Quién son ellos? 

- Cuenta la leyenda, que ambos, no podían estar juntos, porque sus familias no le dejaban y ambos eran  pobres. Entonces, un día se fugaron de sus respectivos hogares, y vinieron a vivir a este bosque. Tan desafortunados eran, que una noche de tormenta, mientras permanecían abrazados dentro de una choza que habían creado, un rayo los alcanzó y los mató al momento. 
- ¿Qué aspecto tienen? 

- Nadie lo sabe, pero responden al nombre de Ichiinou y de Kulivszk. 

Entonces, la comadreja sintió pena por aquel pobre viajero misterioso que se había encontrado.

- Estaban juntos, pero como su destino es estar separados, deambulan por siempre en este bosque uno en busca del otro, por toda la eternidad.


Unos nacen con suerte, otros nacen destinados a buscarla toda su vida. 

martes, 16 de julio de 2013

Ha nacido una verdadera estrella

Tal día como hoy, hace 20 años, hubo una lluvia de estrellas y una cayó en Zaragoza. Esa estrella creció, se hizo un chico grande, dulce y precioso, un auténtico amor con patas.

La vida quiso, que dos personas, separadas por cientos de kilómetros, se encontrasen, y que esa persona, esa estrellita que cayó aquella noche del cielo, llegase a mi vida.

Si hay algo cierto, es que en este mundo existen personas especiales, personas dulces, buenas y capaces de hacer felices a otras personas, tal como tú, la persona más especial de mi vida. 

Te quiero mi pequeño Gabriel, te amo, por y para siempre, eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

Feliz cumpleaños mi preciosidad y que cumplas muchos más. 

Hoy puedo decir, que ese 16 de julio, algo en mí se encendió, para poder esperarte, poder esperar a mi verdadero amor. Ese día, nació mi estrella.

Te amo.